Las microrredes estadounidenses de la década de 2030: inteligentes, resistentes y sostenibles

La gran transición energética es algo más que evitar un desastre: es un puente hacia un mundo mejor. Hoy vislumbramos un futuro energético mejor para Estados Unidos: un futuro con una economía totalmente electrificada, abastecida con energía asequible y fiable. Un componente crucial serán las microrredes locales independientes, que abarquen zonas enteras de la red de subestaciones y funcionen con fuentes de energía limpias como la solar, la eólica y el hidrógeno. El puente desde ahora hasta 2030 se sustenta en cuatro pilares:

IA: La IA contendrá los cortes de suministro mediante la creación de islas, aumentando la capacidad de respuesta y reduciendo los errores humanos. También se utilizará para aprovechar datos no estructurados y extraer conclusiones cuando falten datos.

El talento: La formación y la mejora de las cualificaciones reconfigurarán la mano de obra de los sectores de la energía y los servicios públicos, ofreciendo nuevas oportunidades y la posibilidad de formar parte de una nueva historia energética positiva.

Ciberseguridad: Al depender de tecnologías heredadas, la red energética estadounidense es extremadamente vulnerable a los ciberataques. La arquitectura distribuida en forma de microrredes ofrece a las comunidades mucha más resiliencia, ya que no hay un único punto de ataque.

Ecosistemas locales: La gestión de múltiples fuentes de energía en una microrred, con diferentes características de generación y disponibilidad, requiere la gestión de nuevas cadenas de suministro y socios. Los residentes y las empresas podrán comprar energía directamente en su propia microrred comunitaria (P2P). Los beneficios podrán reinvertirse en la comunidad.